Throgg el Rey Troll (cuarta parte)

La tarde caía sobre el Imperio y se podía ver como los rayos de sol se volvían de un tono anaranjado rojizo y se proyectaban en las inmediaciones del palacio dejando ver detras de sí un montón de sombras por los rincones donde no podía llegar la luz. De repente un resonar de armaduras y tropas marchando en un sin fín de pasos con sonido metalizado sacarón una vez más a Karl Franz de sus pensamientos.

La guardia real formada por los Grandes Espaderos de Altodrf se acercaba en una hilera de regimenientos perfectamente alineados uno detrás de otro hasta formar 4. Las formaciones se detuvieron justo delante del emperador y todo el pueblo allí reunido así como el consejo real estalló en aplausos. Los curtidos soldados no pestañeaban. Karl Franz comenzó su discurso.

karl franz 1

«Cuando me nombraron emperador sabía que desde el primer minuto mi vida pertenecería al Imperio, desde ese momento juré por todos mis antepasados que la oscuridad nunca alcanzaría la tierra de la luz. Hermanos del Imperio, hijos de la hermandad de los hombres, hoy marcharemos temporalmente fuera de nuestros hogares para dar caza a las mutaciones que en la oscuridad están floreciendo y amenazan con causar daño y destrucción en todo aquello que nuestro corazón ama. En nombre de Sigmar, volveremos con las cabezas de los esbirros del Caos y la oscuridad».

En ese momento todo ser humano concentrado en un kilómetro a la redonda estallo en un mar de gritos y alaridos en apoyo a las palabras de su emperador. Karl Franz siempre había sido muy bueno motivando a las tropas y consiguiendo que se mantivieran firmes en la batalla, aun incluso cuando de antemano se sabía que estaba todo perdido ya.

Teogonista, Contra maestre, guardar la ciudad de enemigos, disponéis del grueso del ejército y de toda la batería con las máquinas de guerra puestas a punto. No ocurrirá nada en nuestra ausencia, pero aun así trataremos de regresar lo antes posible.

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